Mostrando entradas con la etiqueta relatos gay. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta relatos gay. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de julio de 2020

La primera vez que me rompieron el orto

Mi nombre es Daniel. Soy un tipo masculino, atlético, casado con una mujer y tengo hijos.

Yo no tenía mucha experiencia con tipos. Y con los que había estado, no me habían podido romper el orto. O porque no la tenían muy dura (y yo no tenía experiencia ni el culo preparado), o porque como soy muy masculino y siempre tengo la pija bien dura cuando estoy caliente, terminaban entregándome el orto y me los terminaba cogiendo.

Pero yo quería que me cojan. Un macho que me cogiera la boca y después me rompiera el orto.

Un par de veces me habían cogido, pero eran tipos que tenían la pija mediana a chica, y la verdad es que no me había satisfecho mucho.

Es que yo buscaba a un macho. Un macho que quisiera cogerse a un tipo macho. Que tuviera una linda y grande poronga. Que sea dominante, no que fuera puto y se desespere porque yo me lo coja a él.

Curiosidad

Eran las primeras horas de algún domingo en algún punto de algún año (hay cosas que no considero necesario especificar), aunque la noche era aún larga, habíamos decidido con nuestro silencio, ir a un lugar más discreto; era un tentar a la suerte; mi ser se dividía en dos, uno buscando experimentar, el otro quería quedarse cuando menos, donde me encontraba.

Hay quienes dicen que el sexo es una liberación, una fantasía; por lo cual, hay fantasías que se liberan y fantasías que nos liberan; en lo primero, con liberar me refiero a cargas emocionales, deseos que sumen experiencias, gratas o no; y en lo segundo a definir nuestra orientación; no es esto necesariamente así; hay fantasías, que cuestan más trabajo llevar a cabo que otras; en lo sexual, si uno tiene definido sus preferencias, cuesta un mucho más; aunque tanto hombres como mujeres, (aunque no lo admitan) todos o casi todos, tenemos pensamientos sexuales con personas del mismo sexo, no es requisito ponerles rostros o nombres; solo nos preguntamos o pensamos en ocasiones, que se sentiría hacerlo con alguien de nuestro mismo sexo. Aunque le di muchas vueltas al asunto, decidí probar o cuando menos intentarlo, no sin entablar un largo debate conmigo mismo.

La primera vez de mi amigo hetero/casado Rubén

Me llamo Manuel, tengo 28 años, me considero un gay discreto, mido 1.70, moreno claro, cuerpo atlético consecuencia de natación, buenas piernas y tengo que admitir que tengo unas nalgas respingadas, paraditas y redondas. Esto me pasó hace dos semanas, al gimnasio donde voy a entrenar también asiste un compañero del trabajo con el que me llevo bastante bien.

Rubén tiene 38 años, casado, alto, mide 1.80, moreno, actitud de macho, varonil, fuerte, cuerpo atlético, un cuerpo altamente trabajado en el gimnasio, unos brazos enormes, unos pectorales que de acero, unas piernas musculosas y unas nalgas muy bien trabajadas, paradas y redondas dignas de un macho como aquel. Su tés morena y esa sonrisa me derretían pero lo mejor era que al verlo en esa bermuda gris y sport oscura, su cuerpo sudado y ese miembro que se movía libremente bajo esa bermuda. Era una escena demasiado excitante el verlo hacer ejercicio. Era claro que Rubén notaba mis miradas morbosas porque en ciertas ocasiones solo volteaba a verme y me guiñaba el ojo.

Horacio, el mejor amigo de papá

Horacio es amigo de papá desde que tengo uso de razón. 

Hace muchos años habían sido socios en un emprendimiento gastronómico, pero luego se hicieron camino cada uno por su lado, tal es así que Horacio se fue a vivir allá por el año 2002 al sur de nuestro país, más precisamente a El Calafate, donde continuó con la explotación de negocios del ámbito gastronómico.

Debe estar rozando los 60 años -supongo porque por ahí anda papá-, y es de esos típicos bon vivant, de gustos refinados, de una posición económica acomodada, siempre rodeado de buenas mujeres, etc.

Hace un par de años que regresó a vivir a Capital Federal con su novia del momento, y se instalaron en Núñez, y ambos se dedican a administrar dos restaurantes que se ubican en ese barrio.

El maneja uno que se encuentra ubicado sobre Avenida del Libertador, y ella una franquicia reconocida de una casa de café.