domingo, 19 de julio de 2020

Mi primera vez

Me llamo Javi y lo que voy a relatar fue cuando tenía 19 años. En ese entonces tenía un amigo llamado Saúl. Éramos uña y mugre. Entonces nos gustaba tomar. El problema era que en mi casa se podía tomar hasta las 2 de la tarde pues a esa hora llegaba mi hermana. Y en la casa de él no lo dejaban. Una vez habíamos tomado bastante y queríamos seguir la fiesta. Saúl me dijo que conocía a alguien que nos dejaría tomar en su casa. A mí se me hizo extraño porque me preguntaba si así nada más le gustaba dejar que tomaran en su casa. Pero yo estaba demasiado ebrio para poner objeciones. Fuimos a la casa de este señor. Recuerdo que era una vecindad y cuando entramos había como tres o cuatro señores en la puerta que se nos quedaron mirando raro. No le di importancia y entramos.

Llegamos al cuarto del señor y Saúl lo saludo cordialmente y yo solo de mano. Nos sentamos en el sofá y de repente el señor nos preguntó si queríamos cerveza a lo cual yo conteste que sí. Él mando a traer caguamas. Nos servimos cada quien en un vaso y luego el señor puso una película porno. Yo estaba pedo y empecé a excitarme mucho. De repente me quedé dormido. No sabría lo que vendría después.

Recuerdo que desperté o me despertó el señor y yo todavía embriagado sentí su verga junto a mi cara. Me di cuenta que Saúl ya no estaba. Al principio no supe que hacer y el tomo mi cabeza en sus manos y me empujó hacia su verga. Y yo simplemente me dejé llevar… (supongo que eso le pasa a muchos). Por supuesto sentir ese gran trozo carnoso y duro en mi boca fue una experiencia inolvidable. No sabía que hacer realmente pues nunca había mamado antes una verga, pero sentí que eso era lo mío. Recordé las películas porno que había visto y como las mujeres la chupaban y lo hice como lo hacían ellas.

El olor de su verga y los gemidos de la película porno que había dejado el señor en la televisión me estaban excitando más y más. El señor me decía:

-Tranquilo... déjate llevar... saca al putito que llevas en tu interior.

Y yo seguía. Intentaba hacerlo como en la película y el señor también guiaba mi cabeza.

De repente me levantó (yo ya estaba de rodillas) y me llevó a la cama. Yo sentí la necesidad de quitarme la ropa y luego se la quite a él. Él se acostó con su verga todavía erecta y continué chupándosela como podía. Me sentía una putita y de repente puse mi culito en su pene. Por supuesto no sabía cómo introducir su tronco en mi culo pero simule, como en las películas, que me metía la verga. Tomé sus manos y el señor me empezó a masajear las piernas y las nalgas... eso fue delicioso. Ese día entendí que me gustaba que me acariciaran así... siendo yo el pasivo como toda una zorrita o putito daba igual siempre y cuando yo fuera penetrado.

No duró mucho mi primera vez pues el señor ya estaba grande. Tendría como de unos 60 años. Era gordo y muy velludo (así me gustan más). De repente se le bajó la erección y yo quité mis nalgas y empecé a chupar ese pene flácido. No se le paró. Chupé sus guevos y los olía. Pero no importaba pues acaba de descubrir lo que realmente me gustaba. Había despertado al mariconcito que llevaba por dentro.

Nos vestimos y le di un beso en la boca como si fuera una damita. Él me pidió disculpas por no poder cogerme. Yo le dije:

-No te preocupes nos volveremos a ver y entonces mi culo será todo tuyo. Y gracias por despertar mi pasión oculta.

Mire a su pantalón, agarré su verga y le dije: pronto nos veremos.

Él me agarró del culo y me dijo: cuídamelo y no andes de puta que quiero ser el primero en desflorarte.

Cuando llegué a mi casa no podía quitarme la imagen de esa verga. Después nos volvimos a ver pero esa será otra historia.

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