martes, 21 de julio de 2020

Dos cuerpos mojados en dos metros cuadrados

Ambos vestíamos unos slips dorados ajustados, y nada más que eso. Eran parte del show.

Iván y yo habíamos sido gimnastas, así que no sólo habíamos sido contratados por nuestros cuerpos trabajados, sino también por nuestras destrezas, que eran necesarias para el espectáculo de ilusionismo.

Yo había insistido en practicar el acto una vez más. El show era al día siguiente y no lo habíamos ensayado lo suficiente.

Con Iván nos conocíamos hacía sólo dos días, pero era igual de profesional y estuvo de acuerdo.

Estábamos solos en el salón y parábamos en una plataforma mecánica, que nos iba a depositar en una caja de cristal resistente. Una especie de pecera, de un metro cuadrado y de poco más de 2 metros de alto.

Casualidades

Fue hace 5 años, tenía 21 años, estudiaba la carrera de Biología y tenía una novia hermosa, Esmeralda. Era feliz y me jactaba de salir con una de las niñas más guapas de la Universidad, siempre me habían atraído las chicas, jamás un chico, mucho menos pensar en tener relaciones con alguien del mismo sexo, pero...

Mi nombre es Alex, siempre he sido delgado, trato de cuidar mi alimentación y hacer ejercicio, como les decía, siempre me habían gustado las chicas, pero, en mi grupo de amigos había un chico, Roberto, éramos amigos desde la infancia, y seguíamos siendo inseparables, aunque estudiaba en otra universidad siempre salíamos a jugar baloncesto, de antro con las novias, y realmente nos teníamos mucha confianza, tanto que siempre había lugar para bromas pesadas, siempre que lo veía no saludábamos con un golpe, en ocasiones aludía a mis nalgas y me decía entre bromas que me estaba poniendo muy nalgón, que si fuera chica, no dudaría en cogerme, creo que esas bromas fueron despertando ese instinto de atracción hacía él, pues no paso mucho tiempo en que empezó a fijarme en que Roberto cada vez estaba más fornido, y tenía unos músculos muy desarrollados, aunque no era delgado era el clásico chico que atraía a las chicas por su complexión, y eso claramente llamaba mi atención...

Descubriendo gustos nuevos con el culo

Mi nombre es Raúl, tengo 25 años, soy especialista en planos de ingeniería civil, trabajo para una empresa constructora, por lo general siempre estoy solo y tengo pocas amistades. Desde niño siempre fui retraído y no me gustaba ir a fiestas o reuniones sociales. Cuando ingresé a la universidad escogí una profesión en donde no se participe mucho en grupo, y ahora trabajo en una oficina yo solo, y mi jefe es un gerente de unos 40 años. No me gustaban las mujeres y me agradaba mirar de reojo las braguetas de los pantalones masculinos; imaginándome el tamaño de su verga, su grosor o su sabor, nunca di un paso para dar a conocer estas emociones, en el trabajo me concebían como un sobrado o un autista; mejor para mí.

Un día, mi jefe Carlos; se acerca y me dice:

Raúl te invito un fin de semana a mi granja en la sierra, estaremos tres días feriados.

Yo: No sé, tengo algunas cosas que hacer.

Follando en el túnel de la avda

Era un día de invierno, era de esos días oscuros y lluviosos. Cuando iban dar las 11 de la noche, entraba yo en la estación de autobuses. Iba directo a los aseos públicos, buscando alguien que me follase.

Antes había ido a la estación de ferrocarril y no había tenido suerte, por lo que antes de irme para casa ya que el día no estaba para bajar al centro, en busca de una polla que me diera por el culo, se me ocurrió ir antes a los aseos de la estación de autobuses y ver si por casualidad tenía suerte.

No era de los sitios que más me gustaba ir, pero tal y como estaba el día y como se presentaba la noche, con la calentura y excitación que llevaba, antes de rendirme y marchar para casa, decidí pasar por los aseos de dicha estación.

Nada más entrar, me encaminé directamente a los aseos públicos, era lo mejor, ya que si quedaba mirando a ver si entraba alguien o el movimiento que había, sabía que muy probablemente no me atrevería a entrar. Así que nada más entrar a la estación de autobuses, fui directamente a los aseos.

Open mine Barcelona

Esa noche Luis, mi pareja desde hacía 10 años, estaba fuera, a 150km, en una reunión familiar de la que había podido escabullirme. Era sábado, como casi todos los fines de semana salí a cenar con nuestros amigos Pedro y José, también pareja, normalmente salíamos los 4, pero esta noche al no estar Luis decidimos salir los tres. Una buena cena regada con buen vino y unos chupitos con el postre hizo que los tres estuviéramos bastante alegres.

-Nosotros esta noche vamos al open mine, y tú te vienes, dijo José

-Jajaja que dices loco, yo a esos antros no voy

-Va venga tonto, si es como cualquier bar, me insistió Pedro

-De eso nada, por lo que contáis, allí todo son orgias y warreo, además estoy casado jejeje

-Bueno pero esta noche estás soltero no?, dijo Pedro

Mi primer novio



Recién había cumplido los 18 años, ya siendo yo abiertamente gay desde los 14 años y medio, me ocurrió lo que voy a narrar.

Tengo el pelo negro brillante, si me lo dejo crecer y me crece muy rápido se me forman unos rulos que son la envidia de mi hermana, porque la vez que me lo dejé hasta muy largo lo tenía tan ondulado y espeso que ella me llevaba a su peluquería porque el peluquero es muy chic y muy sexy, dice ella, pero yo digo: maricón amanerado y toca pelotas a tope, ¡cómo arrimaba sus rodillas a mis genitales estando delante de mí!, pero me gustaba… No soy feo, no soy guapo, más feo que los que salen en las revistas y más guapo que el promedio de mis compañeros, ni siquiera se me pronunciaba aún el vello facial. Ya había ido a un centro de belleza y me dijeron que es pronto, que me esperase como un año. Con esa respuesta ya os podéis imaginar, lampiño a tope. Ahora soy lampiño porque ya me he depilado todo el cuerpo, excepto la cabeza.

Un vecino perverso, se aprovecha haciéndome de todo

Le llamaban Tino, por Florentino, vivía en el mismo edificio que vivía yo. Yo sabía que solía tener relaciones homosexuales, era un depravado sexual, al que le gustaba cazar jóvenes y follárselos. Lo había sabido por mi vecino de puerta, el cual era unos años menor que yo, con el que solía salir y tener relaciones sexuales. Un día me había contado lo de este vecino, incluso en una ocasión me vino a buscar a casa para ir a junto este vecino para mantener relaciones sexuales los 3. Le dije que no, y todo quedó ahí. No me gustaba mi vecino Tino, era mayor, tenía unos 67 años, pero además lo que menos me gustaba de él, era la cara de perverso, y sobre todo su gordura, tenía un barrigón de esos que llaman la atención. Hasta que un día en el que coincidimos ambos en el ascensor, me pidió si podía acompañarlo que quería hablar conmigo.

Al principio dudé, e iba a decirle que no, pero… él se dio cuenta de que iba a negarme, y sin cortarse un pelo me soltó: Te conviene, solo quiero hablarte de Luis; Luis era mi vecino de puerta, con el cual solía salir y mantener relaciones sexuales; quedé pensando, y mientras el ascensor iba subiendo, le dije que bueno.

domingo, 19 de julio de 2020

Dos machos alfa en disputa


Vaya por Dios, acabo de enterarme esta misma tarde de un asunto gordo: que mi hermano menor es una puta, aunque lo peor de todo es que ¡me siento orgulloso de ello!, ¡joder! No sé por qué no me enteré antes. Me dijo anoche mi amigo Alfredo López, que había estado follando el agujero del culo de mi hermano menor de manera habitual y frecuente durante todo este año. Me he quedado conmocionado.

No podía creerlo.

Lo que más me apena es que me enteré por boca de Alfredo, justo después de que él y yo habíamos acabado nuestra habitual mamada, todavía él tenía en su lengua parte de mi semen de la mamada que me había hecho y que aún no se había tragado del todo. Me lo dijo en caliente mientras le limpiaba con mi lengua los restos de mi semen que había en su barbilla y labios:

— Tu hermanito Lucrecio la mama que da gusto.

Julio y Sebastián



Sebastián metía una camisa en su mochila justo cuando su compañero de cuarto entraba en la habitación.

— ¿Te vas a casa estas las vacaciones? —le preguntó Pepe, su compañero de cuarto, mientras se sentaba en su cama y lo miraba con cara triste.

— Sí; he de ir a ver a mis padres —dijo Sebastián.

Pepe asentía con su cabeza mientras miraba cómo Sebastián se pasaba los dedos por el largo pelo, enredándolos por entre los cabellos marrones:

— ¡Joder, joder, joder, tengo que cortarme el pelo, —reflexionaba Sebastián murmurando de manera inteligible y Pepe le miró a los ojos extrañado.

La primera vez que tuve sexo con otro hombre


En este relato, cuento la vez que tuve sexo por primera vez con otro hombre. Yo siempre había tenido sexo con mujeres y nunca había tenido en mente tenerlo con hombres.

Me gustan, me encantan y me fascinan las mujeres por muchas cosas. Aunque me gusta leer relatos de sexo entre parejas hetero, transexuales, gay y bisexuales.

El día que tuve sexo por primera vez con un hombre, se trataba de un amigo que recién había conocido, fue cuando fui a su casa a dejarle un pedido de tarjetas de presentación que me había pedido.

Después de qué las revisó y dio su visto bueno, platicamos por varios minutos de diferentes temas, hasta llegar al sexo. Me preguntó si había tenido sexo o algún acercamiento con otro hombre, a lo cual le respondí que no. Soy Buga (sinónimo de hetero) y me gustan las mujeres, por la suavidad de su piel, por sus curvas, sus tetas redondas duras y suaves al igual que sus nalgas.

Follando con el novio de mi hijo y…



Tengo una vecina que es asidua leyendo esta página de relatos eróticos. Ella siempre leía los relatos heteros, los de infidelidad, dominación y orgías. Por amistad en una conversación le descubrí la página y se hizo asidua. Un día me pregunta:

—Janpaul, ¿esos relatos escritos por un tal Janpaul en CuentoRelatos son tuyos? ¿Eres tú ese Janpaul?

Evidentemente me puse colorado, no porque yo sea gay, que eso lo sabe de hace tiempo y siempre me decía «qué buen novio harías de mi hijo», pero yo tenía mis novios ya antes de ponerme a vivir allí, sino porque ya sabe lo cochino que soy. Cuando compré las dos viviendas del 7º piso, ella que vivía en el 6º y se ofreció a ayudar. Aunque no fue necesario, nos hicimos amigos y un día le conté toda la historia y es cuando me dijo que su hijo también era gay.


Primer ligue en un restaurante



El pasado viernes me encontraba en mi casa, haciendo home office, voy poco a la oficina y vivo solo, por lo que sobre todo el fin de semana, veo algo de porno gay e ingreso el portal de contacto gay, para ver si hay suerte y logro conseguir un rico polvo, siempre es difícil, al parecer, todos quieren pero no quieren... ¿Sabes?

Normalmente como cerca de mi casa, pero a veces manejo hasta un centro comercial cercano, en esta ocasión, entre al Sanborns. Me senté en el área de fumadores y la típica mesera vestida de China Poblana del famoso restaurante en México me ofreció el menú, escogí el paquete que incluye sopa, bebida y plato fuerte. En el área en que me encontraba, sólo había otro comensal, un hombre de color, de mediana estatura, cuerpo normal y un rostro agradable. Pensé que era gringo, y le deseé buen provecho en inglés, me contesto con un acento extraño, en español, dándome las gracias y deseándome también buen provecho.

Fui el regalo de luna de miel de unos recién casados



En mi último viaje a Puerto Vallarta tuve mi primer trío; una pareja de un oso canadiense muy peludo y un poblano moreno fit.

Planeé el viaje como una recompensa hace algunos meses. Mi nuevo trabajo comenzaría en pocos días y me acababa de mudar a un nuevo departamento compartido con Pedro, mi roomie que conozco hace poco.

Había pasado unos días muy tranquilos, nada de alcohol ni fiesta; por lo que el domingo que me alistaba para regresar, estaba demasiado caliente.

Me metí a Grindr a ver qué había. Mamados. Chavitos. Daddies. Mejor. Le mando un mensaje a un perfil que dice que son dos y sus descripciones: alto, peludo, panzón y pitido; el otro era lampiño, 1.75 y marcado. Tenían 36 años y 32 respectivamente.


Mi vestido de novia



Cásate conmigo, querido mío, sí, es tu oportunidad, cásate conmigo. Quiero darte unos argumentos por los que has de enamorarte de mí y me has de enamorar a mí de ti. Te lo voy a decir sinceramente y sin tapujos.

Quiero que te enamores de mí porque, teniendo 27 años, me he enamorado mil veces de otros y ninguno de ellos se ha enamorado de mí. Creo que también tengo mi derecho a que alguien se enamore de mí. Además, yo no quiero que te enamores para aprovecharte de mí con un polvo y después me dejes plantado y más frío que un pino de los Alpes en invierno. Quiero que te enamores de mí de tal manera que yo pueda darte la tabarra día y noche y a ti te guste estar conmigo, entre otras razones, por eso mismo y porque tú buscas un hombre afeminado y estoy disponible para ti.


En el aniversario de la empresa

¿Qué buena sensación tenerla en mi mano; su contextura sedosa, grande, palpitando suavemente y aún blanda, me pareció muy agradable. Me hacía sentir algo que yo deseaba tener. Fue él quien me pidió que se la tocara cuando hizo el primer ademán de irse de la fiesta. Se quedó parado, de pie, al fondo del pasillo, agarrándose de la barandilla en la subida, dejando la sala donde habíamos celebrado la cena de Aniversario de la Empresa. Habíamos comido abundante, habíamos conversado, habíamos bailado hasta sudar la camisa en este verano que no acaba… Todos estábamos cansados y deseosos de irnos a casa y meternos en la cama. En un momento ya casi todos los demás se habían ido, la mayoría en taxi porque habían previsto que se dejarían llevar por los tragos que se nos ofrecían abundantemente.

Roberto fue el último que se iba antes que yo. Lo conocí en la oficina, trabajaba en facturación y a veces compartíamos algún rato de conversación, aunque no era tan frecuente. Pero, desde que le conocí me había llamado la atención, es hermoso, no excesivamente hasta llegar a ser inalcanzable, pero nada tenía feo, sus labios carnosos y sus ojos verdes, el cabellos siempre por la frente y abundante, incluso le llegaba a cubrir el cuello de la chaqueta por detrás. Era simpático verle cómo cada vez que se ponía su chaqueta, tenía que desplazar el cabello de dentro del cuello hacia afuera.

Orgía en los aseos públicos de la plaza de Pontevedra

Caliente y excitado como me encontraba aquel día, después de vencer el miedo y vergüenza que me daba a causa de mi timidez, me atrevo a bajar a los aseos públicos de la plaza de Pontevedra, buscando sexo, me encuentro de repente en medio de una orgía.

Uno de los lugares donde me gustaba y me sigue gustando ir en busca de sexo, es a los aseos públicos. No solía ir siempre al mismo, ni tampoco a la misma hora, procuraba cambiar. Pero uno de mis lugares favoritos, eran los aseos públicos de la plaza de Pontevedra, en mi ciudad, La Coruña. Principalmente era porque estos solían estar abiertos todo el día y toda la noche, y a mí, que era muy tímido y bastante vergonzoso, cuando más me atrevía era cuando se hacía de noche.

Solía ser más peligroso, ya que, al no haber vigilantes a esas horas, te podías encontrar con ladrones o gente poco deseada. Cosa que me tiene pasado, pero sin embargo era cuando yo más valor tenía y cuando vencía la timidez de acudir a estos sitios. Por eso estos aseos que había en la plaza de Pontevedra, eran mis favoritos, y a los que acudía con mayor frecuencia.

Padre e hijo: Mi oportunidad



Justo después de mi decimoctavo cumpleaños, noté que mi padre me daba miradas extrañas, luego, unas semanas más tarde, comencé a notar que papá me estaba espiando cuando estaba en la ducha, o desnudo en mi habitación. Nunca olvidaré la primera vez que vi a papá mirándome. Estaba en mi habitación, masturbándome, cuando escuché un sonido viniendo de mi puerta. Miré para encontrar que mi puerta estaba entreabierta y, como pude ver, mi papá se quedó mirándome.

Tenía los pantalones caídos alrededor de los tobillos y estaba sacudiendo su gruesa polla de siete pulgadas. No sabía por qué, pero por alguna razón, el pensamiento de mi padre mirándome masturbarme, me excitaba. Rápidamente fingí no darme cuenta, y moví mi propia vara hasta correrme, arrojando mi esperma sobre mi pecho sin pelo.


Aceptando mi nuevo gusto culposo



Han pasado unas semanas desde que terminé seducido y desquintado, la sensación de confusión en mi mente no se va, así como también cierta sensación de arrepentimiento, no he querido contestar sus llamadas, realmente no sabía que pensar, la idea de haber sido penetrado y haberlo disfrutado era algo que estaba entrando de una forma en mi mente que iba en contra de mi idea anterior de lo que debía ser el sexo, pero mi curiosidad jugaba en contra de mi razón, empecé a estar buscando en el internet, a través de diversos sitios, imágenes y videos, así como estar platicando en algunos chats, percatándome, que incluso me excitaba más en mi imaginación el tener sexo con un hombre o travesti que con una mujer y con la idea de volver a ser penetrado.

Habiéndome armado de valor, luego de varias masturbaciones con fantasías alimentadas por esos videos, fotos, relatos y platicas hot en los chats, me decido a marcarle a esa persona que me termino metiendo dudas en mi vida, contestando al teléfono prácticamente

Male gangbang en el fin de semana

Joel estaba feliz mientras esperaba la hora de su turno en la parte trasera del hotel, saludaba a sus compañeros con una expresiva sonrisa mientras iban llegando, pensando que por fin había hecho algo que valía la pena por su madre. La vida había sido dura desde que su padre los había abandonado y se había ido lejos hacía ya muchos años. Su madre había luchado heroicamente para criar a Joel y a su hermana menor, Katia, en su diminuto apartamento; ahora, por fin, podía devolver un poco del esfuerzo que Eleonora, su madre, había puesto en ello para criar a los dos hijos.

Desde los dieciséis años había estado planeando esto. Algunos pensaban que Joel aún tenía dieciséis años porque se veía bastante infantil con su melena de pelo negro, figura alargada y delgada, de 1,70 m. de altura. La gente decía de Joel que se llenaría con la figura de un buen hombre. Decían los que lo conocían que cuando fuera mayor lo tendría todo: buena apariencia y un genuino encanto. A los dieciocho años Joel era amable, y crecía lentamente en confianza, con una apariencia juvenil, le acompañaba la belleza femenina de su rostro infantil.

Después de desvirgarme, fui la putita del capitán



Llevaba casi un mes siendo follado por mi capitán, después de haberme desvirgado en su cuarto de la compañía donde yo estaba realizando el servicio militar. Después de aquel día, volvió a darme por el culo varias veces más, además de ser su asistente, era su putita particular. Mi culo ya estaba acostumbrado a su gorda polla y no había semana que no me follara varias veces. A mí aquello me encantaba, tenía un macho que me daba verga, después de haberme desvirgado e iniciarme en el sexo gay.

Mi culo era totalmente de su exclusividad, me dejaba tan pero que tan abierto y satisfecho, que no necesitaba de otras pollas que me dieran por el culo. Hasta que un día, mi capitán me propuso realizar una orgía con varios amigos suyos. Sería en su casa, para lo que me daría todo el fin de semana libre, e iría a dormir a su piso, piso que tenía en Alicante.