Dilatar el ano para una buena penetración



Te damos una serie de consejos para ayudarte en ese proceso de dilatación.

Antes de llegar a los preliminares en el encuentro sexual, puede existir una fase previa en la que puedes ayudar a que la situación se caliente. Imaginémonos la situación: eres un activo que entra en ChicosContactoChicos buscando un pasivo para una noche de sexo. Encuentras a uno que te atrae y parece que hay química. Puedes escribirle diciéndole las cosas que te gustaría hacerle o comentándole las ganas que tienes de hacérselas o diciendo que tu pene se muere por estar dentro de él. Ese tipo de mensajes y juegos previos harán que el pasivo se prepare para la acción, y ponerlo a tono antes del encuentro ayudará a que abra su mente y su culo.

Los preliminares, ahora sí

No todo es llegar y penetrar. Antes tendrá que haber halagos, besos, caricias… a un pasivo le gustan más cosas que se la metan y ya. Hay determinadas prácticas que ayudan a la dilatación anal, como hacer un beso negro o introducir uno o varios dedos en el ano del pasivo, para que se vaya aclimatando y preparando para lo que vendrá a continuación. Si no te gustan estas prácticas, quizás deberías hacértelo mirar. No hay nada más excitante en ese momento que ver que tu lengua hace que se retuerza y gima. Esa excitación contribuirá a la relajación de los músculos de la zona, y la relajación es imprescindible para una buena dilatación anal.

Lubricación, por favor

Te lo decíamos al principio: el ano no se lubrica solo de manera natural y va a necesitar ayuda externa. Hay quien considera que un poco de saliva y los resultados del beso negro son suficiente lubricación, pero no siempre es así. Te recomendamos siempre utilizar algún lubricante con base de agua. Las marcas ya las conoces. Aplicar el lubricante es parte del sexo gay: échale o échate lubricante de manera sensual, con suavidad… que esa aplicación sea la continuación del encuentro, el paso que hay entre el beso negro y la penetración propiamente dicha.

Los dedos

En ese de la lubricación es fundamental meterle o meterle un dedo (o más). Puedes empezar poniendo bastante lubricante en el dedo índice, aplicarlo en el ano y alrededores y meterlo. El pasivo tiene que relajarse para que poco a poco el dedo penetre en su ano. Una vez dentro, hay que realizar movimientos circulares lentos y ayudar a la relajación y dilatación de la zona. Aplicad más lubricante y seguid abriendo el camino.

El momento de la verdad

Si todo ha ido bien hasta ahora los músculos del ano estarán ya relajados para que la penetración pueda producirse sin dolor. Si el pasivo está nervioso o tenso, pídele que se relaje y ve con mucha suavidad y cuidado. Si veis que el ano no está lo suficientemente dilatado, lo mejor será tomárselo con calma y no forzar una penetración brusca y dolorosa. Relax, besos, caricias y exploración anal… hasta que llegue la penetración. Buscad la posición más fácil para los dos: algunos prefieren a cuatro patas, otros de lado, pero la posición menos agresiva para el pasivo es que él se siente sobre el pene del activo y pueda controlar en todo momento la penetración. La penetración tiene que ser gradual para que el ano vaya adaptándose y esa sensación de incomodidad o dolor se transforme en placer.

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